
jueves, 17 de septiembre de 2009
jueves, 10 de septiembre de 2009
TOTORO EN PANTALLA GRANDE

Corto y pego de Infotaku: "Aurum estrenará en cines la mítica película de Hayao Miyazaki, Con motivo de la salida en DVD de este gran clásico de la animación, Aurum estrenará el próximo 30 de Octubre en un número limitado de salas esta pequeña joya del Estudio Ghibli." Pues nada, que pocas cosas me harían más ilusión que ver Totoro en pantalla grande, aunque mucho me temo que eso de "un número limitado de salas" va a dejar la cosa en Madrid, Barcelona y cuatro salas más. En fin, crucemos los dedos.
martes, 8 de septiembre de 2009
KAITEI SANMAN MILE / WANWAN CHUSHINGURA: DVD
Divisa sigue apostando por el anime clásico, casi sin respiro, nos trae dos nuevos títulos. El primero es 20.000 leguas de viaje submarino (Kaitei Sanmam Mile,1970), también conocida en España como La ciudad sumergida de Isamu. Un largometraje (¿o debería decir mediometraje? Si la memoria no me falla dura unos 60 minutos) con guión de Shotaro Ishi(no)mori:



El segundo es otro clásico made in Toei: Rok el valiente (Wanwan chushingura, 1963) - y ahora me entero yo por la nota de prensa que es una adaptación animada de los 47 ronin, ¡válgame!- :



Pues nada, más títulos indispensables para los amantes de los clásicos nipones. La lista del debe de los títulos de Toei mengua con paso lento pero seguro. A partir del 23 de Septiembre. Dejo un fragmento de la nota de prensa de Divisa: 20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO (1970): Otra joya de la animación recuperada surgida de la maestría de Kimio Yabuki, el creador de "El lago de los cisnes", "El gato con botas" y "El maravilloso mundo del pequeño Andersen". / ROCK EL VALIENTE (1963): Libre adaptación con animales de un hecho verídico que protagonizaron 47 samurais contra el corrupto shogun de Tokugawa. En este mítico film lleno de emoción, humor y aventuras, coincidieron tres grandes maestros de la animación japonesa: Daisaku Shirakawa ("Alakazam, el grande"), Osamu Tezuka ("Astro Boy", "Hi No Tori 2772") y el debutante Hayao Miyazaki ("La princesa Mononoke", "El viaje de Chihiro", "Ponyo en el acantilado").
domingo, 6 de septiembre de 2009
H.P. LOVECRAFT NO DUNWICH HORROR (GA-NIME)

Empecemos por lo fundamental: ¿Qué es el Ga-nime? Bueno, simplificando un poco, digamos que el ga-nime es algo así como el hermano pobre del anime, una etiqueta que los lumbreras de Toei Doga se han sacado de la manga para apadrinar un tipo de animación bastante limitada, pero dotada de una libertad creativa poco común amparada, no podía ser de otra forma, en unos costes de producción ínfimos. El ga-nime se basa en la combinación de imágenes estáticas (dibujos, ilustraciones, marionetas...) con la música y el discurso oral (voz en off, diálogos...). Se deduce de esto que el ga-anime no es propiamente animación, sino más bien un producto que bordea la delicada frontera que separa el cine de animación del cine de imagen real impostado como tal, cuestión a la que ya nos referimos en su día. Lo segundo que se deduce es que, en realidad, no es nada nuevo, ya que este tipo de "animación limitada" es bastante frecuente en las producciones independientes (caso de Gritos en el pasillo); es más, se puede argumentar fácilmente que no es otra cosa que una mutación sofisticada y gafapastosa del ya clásico recurso de los fotogramas congelados, los "still frames" de toda la vida, que tan popular han hecho a la animación nipona, y que tienen su verdadero origen y razón de ser en las limitaciones presupuestarias y en los calendarios apretados; ahí está Horus. Lo verdaderamente novedoso de todo esto es que brinda a los animadores elegidos la oportunidad de dar rienda suelta a su creatividad y de dejar su impronta en la obra en cuestión, siendo las únicas limitaciones el presupuesto y el limitado número de personas que componen el equipo de producción. Bien mirado, esto no deja de ser una ventaja, ya se sabe que en el campo de la creatividad menos es casi siempre más; tiempo, dinero, censura... Todos ellos maravillosos acicates que obligan al artista de turno a exprimirse los sesos para sortear los obstáculos que le han tocado en suerte. Bien, dicho todo esto... Entre los ga-nime tenemos uno dirigido por Yoshitaka Amano, una versión de Akairo Elegy de Seichii Hayashi (editada en España por De Ponent con el título Elegía Roja), de la que Tadanori Yoko realizó un largometraje animado en 1977 titulado Boku wa tenshi ja naiyo, o adaptaciones literarias de Osamu Dazai (que cuenta ya con varias versiones de su Hashire Melos!) o de H.P. Lovecraft, que es la que nos ocupa, y que consiste en tres versiones de sendos cuentos del escritor americano. Al grano:
The picture in the house: de los tres éste es probablemente el más conseguido. El relato se limita a una conversación entre dos personas. El escenario: una vieja casa en una noche de tormenta. El objeto de la conversación: un libro. Así que,economizando medios y con planificación, fotografía, iluminación y efectos sonoros bien rentabilizados, la atmósfera está servida; el relato ofrece poco más, es un segmento puramente atmósférico que hace todo lo posible por mantener la tensión entre los dos interlocutores y, de paso, transmitirle algo al espectador.



Dunwich horror: el segundo es mucho más movido. Entran en juego más personajes y también hay más acción. Y es por todo esto por lo que, pienso yo, la cosa hace aguas. Un tipo de relato diferente, donde la acción predomina sobre la introspección (o la psicología, o como lo queramos llamar), requiere un tratamiento diferente, y lo que funciona en The picture in the house no vale aquí. La mejor forma de combatir la escasez de medios en las escenas "movidas" (cuando aparece el cadáver rodeado de perros, casi al principio; o en el enfretamiento con la bestia...) es jugar con los efectos sonoros, el encuadre, los movimientos de cámara, el montaje... Cosas que brillan por su ausencia y que dejan a este segmento desnudo y tiritando, al borde de la hipotermia, en mitad de Siberia. Ni siquiera cuando el "Gran Calamar" hace su aparición consigue la narración transmitir un ápice de inquiedtud. Un pequeño descalabro.



The festival: el más fastuoso de los tres. Un escalón por encima de Dunwich y dos de The picture. Como si se hubieran guardado lo mejor para el final. Escenarios más elaborados y complejos que en los anteriores segmentos y "extras" por doquier. El más macabro y alucinógeno de los tres y además sin diálogos. Probablemente éste justifique los otros dos y, por ende, la existencia del "pack".

El sabor que H.P. Lovecraft no Dunwich nos deja es más bien agridulce. Por un lado, tiene el valor de lo raro, del título oscuro y difícil de encontrar; por otro, de no tratarse de una adaptación de Lovecraft, probablamente no había encontrado sitio en este blog. Lo dejo como curiosidad proto-animada y porque ya comenté el corto de Peter Rhodes en su día. ¿Cómo conseguirlo? Pues cortesía Mr. Torrent aquí:
Aviso, viene en japonés sin subtítulos. Por lo demás, y siguiendo con el tema, un enlace con todas las adaptaciones cinematográficas de Lovecraft y un vídeo con secuencias de las versiones más potentes. ¡No se vayan todavía, aún hay más! Dos artículos sobre el ga-nime: 1 y 2, y la página oficial de Toei. A mandar (y a mí que todo esto me recuerda terriblemente a Planeta Imaginario).
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CORTOMETRAJES
viernes, 4 de septiembre de 2009
domingo, 30 de agosto de 2009
THE EYE OF THE MIND
Cuando llevaba ya unos minutos viendo Madame Tutli Putli (el nombre deriva de una expresión hindú que alude al mismo tiempo a una marioneta y a una mujer delicada) algo empezó a inquietarme. Salta a la vista que la animación es poderosamente fluida y veraz, pero no queda del todo claro el porqué. Digamos que el lenguaje corporal y la expresión del rostro de la protagonista derrochan una humanidad que queda bastante lejos del alcance del stop-motion convencional. En todo caso, el personaje me seguía pareciendo muy real. A veces tenía la impresion de estar viendo una figura humana pasada por el rotoscopio y atrapada posteriormente en un grácil muñeco, constituido en el continente del alma de un ser viviente, palpitante. Más tarde caí...Los ojos de la chica, ¿eran reales? Eran humanos, de verdad, nada de cartón-piedra. La técnica consiste en filmar los ojos de una persona y superponerlos sobre el muñeco en cuestión. Hay antecendentes con la boca, pero es la primera vez que me cruzo con una obra en la que se aplica a los ojos. La técnica es muy similar, pero el resultado dista bastante, tanto que el sólo hecho de introducir una mirada humana dota a la animación de una calidad poco frecuente. Vale aquí todo esto de que la cara es el espejo del alma; más bien los ojos, porque sólo con ellos la visión del rostro de la protagonista produce una inquietud y un desasiego dificil de olvidar. "Incómodo" sería el adjetivo adecuado. Vemos un ser inerte, un muñeco de trapo, con la certeza de que es un objeto sin vida; sin embargo, algo en su fisonomía desafía este presupuesto. Es como tener una muñeca entre las manos y ver de repente que sus ojos se mueven como los de una persona. Sus ojos hacen que parezaca real. La ilusión de la vida, "illusion of life" (que para algunos es la verdadera razón de ser de la animación), aquí es casi prácticamente total, un verdadero triunfo. Más allá de una animación bien elaborada (pero que no habría bastado por sí sola para lanzar el puñetazo al espectador; con todo, el corto les llevó a sus autores cinco añitos), Madame Tutli Putli viene a demostrar que en términos de percepción visual la suma no equivale a las partes. No es necesario elaborar un complejo y ultradetallado proceso de animación que imite al mundo "real" (sensorial, material...) para hacer que el objeto animado "parezca" real (i.e.: Beowulf, Final Fantasy, etc.), del mismo modo que para convenir, no el movimiento, sino la sensación de movimiento, tampoco es necesario reproducir hasta el último detalle ( nos basta con ver cualquier escena de lucha del último anime; si el animador es bueno, uno puede sentarse a ver la escena fotograma a fotograma y comprobar que muchos de ellos son apenas una líneas, unas siluetas, unas formas insinuadas, bocetos a medio terminar que, puestos en sucesión, crean la impresión de la velocidad, del movimiento frenético, de la lucha; bien es sabido que cuanto más detallado sea un dibujo más retiene el ojo y, por tanto, más ralentiza la acción y la sensación de movimiento). Así que el éxito está en los pequeños detalles, en la habilidad del animador para engañar a la retina, en la compresión del funcionamiento de la percepción del ojo, de cómo aprehende y procesa los estímulos y la información, y de cómo los interpreta. Creo que esto lo da la intuición y el talento, o el talento intuitivo.

El otro punto que quiero comentar es el de la interpretación. Tal y como yo lo vi, Madame Tutli Putli no significa realmente nada. Me parece una obra hecha para reproducir un cierto estado de ánimo que se me mece entre la tristeza, el misterio y el desasosiego, trufado con un cierto optimismo. Es mi impresión, por supuesto, y cada cual tendrá la suya. Como la mayoría de la animación de calidad, especialmente en el terreno del cortometraje, exhibe una clara voluntad emotiva en lugar de intelectiva. No hay mucho que entender, se trata más bien de dejarse llevar sin hacerse muchas preguntas y de sentir. Un poco como en el cine de vanguardia, o como en Larry Jordan, por citar un animador al azar. De todos modos, si uno no se queda contento, siempre puede acudir a imdb y empaparse de las intepretaciones que se balancean en la página cual monos de zoo agitando sus genitales ante los visitantes (buff!). Las hay mejores y peores. No suelo interpretar las obras que comento, realmente no me gusta y además me falta talento y capacidad analítica. Para mí resulta evidente que la mayoría de las interpretaciones están hechas por espectadores y rara vez por creadores, no al menos por los de altura. El consumidor de ficción suele ignorar el hecho de que en la 90% de las ocasiones el proceso creativo avanza a trompicones, renqueante, totalmente descordinado y encomendando buena parte al azar, a la inspiración y a la improvisación. En muchas ocasiones la cosa empieza con una imagen o con una serie de ellas. Luego llega el artista, que se ha enamorado de esa visión, de esa escena, de ese personaje, e intenta darle una cierta coherencia a todo para poder meterlo y hacerlo encajar. Coherencia en términos narrativos (presentación-nudo-desenlace), que no de significado. Hay muchas cosas que terminan en una obra simplemente porque se han ganado el afecto del artista. Hay otras que están ahí porque simplemente encajan en su mente, son coherentes y tienen su justificación, aunque el lector/espectador/oyente nunca llegue a entender muy bien el porqué. Entra en escena entonces nuestra cabeza dotada de un cierto razocionio y capacida analítica y empieza a dotar de significado a cada cosa para poder armar su propio película, que rara vez coincide con la del autor, digamos que se trata de una recreación (la del espectador) de una creación (la del animador). En el caso que nos ocupa es especialmente tentador porque hay una serie de elementos, de imágenes, de objetos, que son extremadamente ricos en connotaciones debido a su alto voltaje simbólico: el viaje, el tren, las maletas, el ajedrez, los insectos, la luz, las bombillas, el bosque... Imágenes que se prestan sobradamente a la interpretación, a la búsqueda del significado; y hay poco remedio para esto, me temo, estamos programados genéticamente para ordenar el caos y para buscar relaciones, correspondencias y significados allí donde nos los ahí. Creo que Genaro Talens lo clava cuando escribe a propósito de Un perro andaluz de Buñuel que no hay que buscar el significado sino el sentido. Madame Tutli es un corto muy visceral, en el sentido de que avanza a base de imágenes poderosas y primarias que estrangulan completamente la lógica narrativa de la causa-efecto. Salta a la vista que es el fruto de unos artistas embriagados por la fuerza de unas imágenes que ellos mismo han generado y que constituyen el verdadero armazón del relato (por decir algo de lo que he visto últimamente, un poco como el cine de Shuji Terayama o la última castaña de Lars (von) Trier, alias "Lars von Trier de ti se ríe"); cualquier posible interpretación deberá descartar de antemano la intención de los autores y asumir se hace que a riesgo y beneficio del propio intérprete; así de simple.

Después de escribir esto me encuentro con unas declaraciones de los autores bastante reveladoras que vienen a confirmar un poco lo que digo (yujuu!!). Con eso y con el corto que cada cual saque sus conclusiones.
sábado, 29 de agosto de 2009
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