sábado, 12 de diciembre de 2009

CUENTAMUNDOS

Escribir esta entrada es para mí un motivo doble de alegría. Por un lado, porque conozco personalmente a las personas involucradas en este proyecto y porque he tenido el privilegio y la oportunidad de ver cómo crecía a lo largo del último año y medio; por otro, como aficcionado irredento y sin solución , como amante (inconfeso a veces) del cine de animación, que tantas alegrías me ha dado (y las que han de venir), porque creo que viene a cubrir un sector hasta ahora huérfano y olvidado en el panorama del formato doméstico en nuestro país: el cortometraje animado. Cualquier aficcionado acostumbrado a patearse la red en busca de animación que merezaca la pena sabe de sobra que, al margen del anime, el mainstream americano y algún que otro título marginal europeo, resulta bastante complicado hacerse con animación de calidad en formato DVD en este país. Hay excepciones, claro está, sobre todo de un tiempo a esta parte: desde la edición de "clásicos modernos" como Vals con Bashir, Persépolis, Princesas o Los tripletes de Belleville a otras que recuperan materiales más clásicos como Los tesoros Disney, El planeta salvaje, Cuando el viento sopla, Rebelión en la granja o la línea de largometrajes clásicos japoneses que edita Divisa Home Video. Aunque, para mí, la gran apuesta la hizo Llamentol con la colección "Maestros de la animación", que incluyó títulos de artistas como Alexander Petrov, Karel Zeman, René Laloux o Jan Svankmajer, y que me parece el intento más serio hasta la fecha por abrir un hueco en el mercado para esa animación clásica y tal vez menos conocida pero absolutamente imprescindible para el cinéfilo de pro (simpatizante o no de los muñegotes animados). En el caso del cortometraje (que para mí, ya lo he dicho alguna vez, alberga la verdadera esencia del cine de animación), el tema es mucho más sangrante. Realmente, hasta hace no mucho, la única forma de acceder a este formato eran los festivales de cine. Desde que Youtube irrumpió en nuestras vidas, esta carencia se ha compensado notablemente, aunque todavía tenenemos que vérnoslas con vídeos de baja resolución y en idiomas que a menudo no comprendemos (casi siempre en ruso o japonés, ¿no?). Luego está el formato doméstico, el DVD, que siempre tiene que venir de fuera, importado. Las antologías y monográficos de cortometrajes son bastante frecuentes (entiéndase en el reducido ámbito en el que nos movemos) en Estado Unidos; también en Japón, Francia y, en menor medida, Reino Unido (la mayoría de las cuales, dicho sea de paso, corren a cargo del prestigioso British Film Institute: las de Lotte Reiniger, los hermanos Quay, Svankmajer, Hans Richter...) y en Alemania. En España no hay mucho de eso: los ya citados Tesoros Disney, la antología de Svankmajer que editó Llamentol, la recopilación y la antología del Anima´t (sección animada de Sitges, para más señas) y no mucho más digno de mención (es posible que se me escape algo). A la luz de los expuesto, creo yo que es justo reconocer el enorme valor de la labor realizada por los amigos de Animaula (www.animaula.com) con su colección Cuentamundos (www.cuentamundos.es ), que es la auténtica protagonista de esta entrada. Vayamos por partes. ¿De qué va esto de Animaula?: "En Animaula nos dedicamos a la selección y comercialización de cortos de animación infantil que destacan por su alta calidad plástica y por el mensaje que transmiten, adecuado al tramo de edad al que los cortos van dirigidos en cada caso. Comerciamos animación Cut-out y Stop-motion tradicional, técnicas que tienen un enorme atractivo para los niños y excitan su imaginación". Vale, creo que esto queda bastante claro. Lo siguiente es, ¿en qué consiste exactamente Cuentamundos?: " Cuentamundos es una colección de joyas de la animación internacional, inéditas en España (el hincapié es mío). Los cortos están realizados con técnicas muy poco usuales como los recortables, los lápices de colores, los muñecos o la plastilina, que tienen un enorme atractivo para los niños y son un valor añadido al puro entretenimiento". Bien, creo que ha quedado claro. Es una antología de cortometrajes clásicos de animación de corte infantil (que no infantiloide). La colección consta de cuatro volúmenes, cada uno de ellos dedicado a un país/ estudio concreto: Canadá (National Film Board), China (Shanghai Animation Film Studio), Hungría (Panonniafilm) y Rusia (Soyuzmultfilm). Pesos pesados, pesadísimos, en la industria de la animación, una apuesta inteligente, sabia y segura. Atendiendo a los nombres, la calidad artística está fuera de toda duda. Vale, ahora vamos a centrarnos en cada uno de los volúmenes. 1. China. "Animación sin prisas": el Shanghai Animation Film Studio es el estudio de animación más importante de China y uno de los más grandes y prolíficos de Asia, con permiso de los gigantes nipones. Los cortos incluidos en este volumen son frecuentes en las antologías y asiduos en el Top-100 de los mejores cortos animados de todos los tiempos, especialmente el de Tei Wei, que pasa por ser uno de los animadores más reputados de China y, tal vez, el más conocido fuera de sus fronteras. Si hay algo que destaca en estos cortometrajes, especialmente en el de Tei Wei y el de Wei-Jiajun, es el ritmo de la narración, que suele ser más bien pausado, un tanto contemplativo, quasi místico. Estos dos cortos me parecen realmente toda una experiencia estética, ya que hacen gala de una delicadeza y de una elegancia poco frecuentes y en completo desuso hoy en día. ¿Dónde está mi mamá? (Tei Wei, 1960): un clásico, una verdadera delicia visual; mucha atención a la animación de la cola de la carpa, verdaderamente exquisita. Los monos y la luna (Zhou Kegin, 1981): para mi vergüenza, he de decir que no conocía este corto. Me ha parecido simplemente deslumbrante, el gran descubrimiento. Ojo al uso del color. Los tres monjes (Ah Da, 1980): una pieza cómica bastante célebre, humor blanco y sin diálogos. El niño y la flauta de bambú (Wei-Jiajun, 1963): mi favorito, probablemente el mejor del lote, sólo por éste merece ya la pena hacerse con el Dvd; aunque desde luego los otros tres tampoco son mancos. Un corto muy especial: 2. Canadá. En la variedad está el gusto: el National Film Board de Canadá es la productora de cine de animación independiente más importante del mundo; ahí es nada. Ha dado cobijo a algunos de los mejores animadores: Norman Mclaren, Ishu Patel, Ryan Larking, Co Hoedeman, Alexander Alexeieff, Jacques Drouin, Caroline Leaf, Frederick Back... La lista es interminable. Si hay algo que caracteriza al estudio canadiense es la heterogeniedad y el alto valor artístico de sus producciones, así como el cuidado y el cariño puesto en ellas. Buena parte de sus cortometrajes están dirigidos al público infantil. Sinónimo de calidad. Poco más se puede añadir. El largo hechizo (Francois Hartmann, 1993): El niño y la oca (Gayle Thomas, 1984). Historia divertido y emotiva: La flauta mágica (Gayle Thomas, 1977). Un corto que parece verdaderamente pensado, imaginado y soñado por niños: Dayoh, Donna y Dee (Les Drew, 1988): La caja animada (Co Hoedeman, 1989). Original e ingenioso, como suele corresponder a su autor: Animales en movimiento (Munro-Tunis, 1966). Mi favorito. Animación en estado puro. Movimiento continuo con una economía de medios pasmosa: 3. Rusia. La animación como proceso artesanal: durante muchos años, Soyuzmultfilm fue, no ya el mayor productor de películas animadas de la extinta U.R.S.S., sino prácticamente el único (hubo otros, pero poco o nada se sabe de ellos). Desde Dziga Vertov hasta Yuri Norstein, pasando por Vladimir Tarasov o Ivanov-Vano, todos los grandes de la animación rusa que alguna vez fueron pasaron en algún momento de sus vidas a engrosar las filas del mastodonte soviético. Si hay algo por lo que destaca la animación rusa es por el nivel de detalle y de cuidado del que hacen gala sus películas, así como por su maestría en el stop-motion, especialmente con las marionetas, que brilla en Europa del Este como en ningún otro lugar del mundo. A lo largo de su histoira, Soyuzmultfilm ha producido más de 1.500 películas, la gran mayoría de ellas inéditas fuera de Rusia. Este volumen viene a aportar un valioso granito de arena en este sentido. Bienvenido sea. El osito (Fedor Khitruk, 1964). Otro que no conocía y que me ha dejado con la boca abierta por su magistral combinación de cut-out y animación tradicional. Una delicia: El abuelo y el orden natural (Vladimir Danilevich, 1976): El erizo de plastilina (Vladimir Danilevich, 1969): La zorra y el conejo (Youriy Norstein, 1973). Todo Norstein es imprescindible: Manopla (Roman Kachanov, 1976). Mi favorito. Si te gustan los perros este es tu corto: Una lámpara redonda (Vladimir Danilevich, 1980): 4. Hungría. Folclore y raíces: en Pannonia han trabajado algunos de los nombres más importantes de la animación húngara: Attila Dargay, Joszef Gemes, Marcell Jankovics... Precisamente en éste último se centra el volúmen que nos ocupa. Concretamente en su serie Magyar népmesék (Cuentos Húngaros), que consta de 49 episodios realizados entre 1978 y 2006. Se reúnen aquí nueve de ellos, ocho de 1978 (Quien ríe el último ríe mejor, Janko y los silbatos mágicos, La gata encantada, Jack y la mata de judías, Zöld Peter, El pastor astuto, El pequeño Nicolás) y uno que data de 1980 (Un ojo, dos ojos, tres ojos). De toda la colección, tal vez sean estos los cortos que más se ajustan al concepto de cuento tradicional. Lo que tenemos aquí no son otra cosa que cuentos populares húngaros. Cuentos de hadas, con elementos fantásticos en la mayoría de ellos, pero también con ciertos elementos de picaresca. Las historias son narradas por una omnipresente voz en off que hace de narrador y que además pone voz a los breves diálogos. Estéticamente, la serie es deudora del primer largometraje de Jankovics (el primero de Hungría) János Vitéz (1973), y se adelanta tímidamente al segundo, la increíble Féherlófia (1982). En cualquier caso, el ingenio y la poesía visual, el toque Jankovics, es inconfundible. Difícil elegir uno, tal vez Zold Peter o La gata encantada. En cualquier caso, todos ellos son entretenidos y de gran belleza, y si no, no hay más que ver las fotos: Algunas breves consideraciones para terminar: lo primero es alabar la impagable labor (entre otras muchas necesarias para sacar este proyecto adelante) de selección de material. Pues si bien es cierto que muchos de los cortos de China y Canadá se hallaban ya presentes en algunas antologías editadas en Francia y Estados Unidos (Impression de montagne et d´eau, The Te Wei collection, la colección Best of the best o Monts et merveilles), no ocurre lo mismo con los húngaros y los rusos. De los segundos, sólo el de Norstein aperece en Masters of russian animation, así que su valor es doble, sobre todo teniendo en cuenta que nos presentan joyas como el corto de Fedor Khitruk o el de Roman Kachanov. De los húngaros, no me consta ninguna edición al margen de la húngara, puede que algo en Francia o Alemania, pero la verdad es que lo dudo mucho, así que de nuevo, podemos darnos con un canto en los dientes por tener acceso a estas joyas en un idioma accesible casi en primicia mundial. Lo segundo es lo que nos toca como aficcionados y consumidores. Como regalo, me parece una estupenda solución para estas fiestas. Como compra para mi colección particular, me parece lo mejor con diferencia de lo que ahora mismo se puede encontrar en nuestro mercado. No quiero pecar de hipócrita en este aspecto. Con la que está cayendo, no seré el que diga que no se descarga nunca. Descargo, mucho, y además a saco. Eso cierto. También es cierto que la mayoría de mis descargas son cosas raras, oscuras, difíciles de encontrar, o simplemente no disponibles por estos lares. Si algo me gusta y el bolsillo me lo permite, me lo compro, entre otras cosas porque me gusta el cine y creo que no hay color entre un ripeo, por bueno que sea, y un original. Además, soy bastante fetichista, y me gusta mirar los lomos de los Dvd´s puestos en fila, uno detrás de otro sobre los anaqueles (así soy yo, qué le vamos a hacer...). Con mucha paciencia, tiempo y sacrificio, me he hecho una colección bastante respetable. Así que, en mi modesta opinión, las descargas y el consumo "pay per view" no son incompatibles. Y digo todo esto porque una de las cosas que me han dicho desde Animaula es que si, como consumidores, queremos que el proyecto siga adelante y que en el futuro nos deleiten con más títulos en esta misma línea (o en otras), es imprescindible que compremos, porque si no la cosa se va al garete. Me consta que son un grupo pequeño de personas que han invertido mucho esfuerzo, tiempo y dinero en esta colección (algo de eso se deja ver en la entrevista que viene a continuación). Ellos ya han hecho su parte, el resto está en nuestras manos. De momento, Cuentamundos tiene una distribución muy limitada a través de una red de librerias y establecimientos especializados en productos infantiles. Me consta que están negociando con Fnac para ampliarla. Podéis consultar los establecimientos visitando la página de Cuentamundos o solicitar los títulos escribiendo a ventas@animaula.com.
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ENTREVISTA

Esperantoapaulpot: empezamos con una sencilla, ¿cómo surge Animaula? / Animaula: hace unos tres años, cuando tres animadictos nos convertimos en padres y caímos en la cuenta de que, si quieres que tus hijos vean Animación de calidad y con contenidos apropiados para su edad (en un mismo producto), la cosa no es tan evidente como en principio pudiera parecer: están los cortos de Disney, los de la Warner (y ya empiezan a fallar los contenidos) y los de Hanna-Barbera (que, a pesar de ser animación limitada, merecen la pena sólo por los diseños de personajes y fondos). Fuera de aquí (es una simplificación, hay muchas excepciones) ya empiezan a fallar bien la animación, bien la adecuación a los más pequeños. Y además en todo lo anterior echábamos algo de menos: el elemento plástico/artístico, como si a los niños les estuviera vedado este aspecto de la vida, a la espera de que lo ‘descubran’ más adelante. En realidad, los niños son esponjas que lo absorben todo, así que hay que procurar que todo lo que absorben sea de la mejor calidad posible.

E: ¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde que os pusisteis manos a la obra hasta que la colección ha llegado a las tiendas? / A: Aproximadamente un año y medio. Dos años si añadimos la búsqueda de financiación. Esto fue lo más complicado, junto con la negociación para la obtención de los derechos, especialmente con rusos y chinos.

E: Me interesa mucho el proceso de selección de material. Algunos cortos estaban ya disponibles en otras antologías, pero los de Rusia y Hungría son prácticamente inéditos. ¿Cómo lo hicisteis? ¿A qué fuentes acudisteis? ¿Qué criterios se emplearon para la selección? / A: Pues con el gran aliado para estas lides, Youtube. Hay multitud de aficionados a la animación en todo el mundo, y hay canales maravillosos. Tuvimos la suerte de pillar algunos fantásticos operativos: alexxxoff, AnimArchiv, GNRsakul, Niffiwan, Pavlovich74, TheMotionBrigades, yukkimishima…la mayoría están ya cerrados por las denuncias de las productoras/distribuidoras. Y también hemos encontrado el Youtube chino J: http://www.tudou.com/v/aVKq92iji0w (El niño y la Flauta de Bambú). Los criterios para la selección fueron los que ya hemos visto: belleza y adecuación a los niños, además de cierta presencia de valores personales y sociales.

E: ¿Cuáles fueron los mayores problemas durante el proceso? / A: Fueron muchos, porque realmente hemos tenido que aprenderlo todo de este negocio. La parte más complicada fue para nosotros la negociación de los derechos especialmente con los rusos, y creemos que puede ser debido al hecho de que fueramos una empresa desconocida para ellos, porque recelaban mucho y nos costó llegar a un acuerdo.

E: Seguro que tenéis bastantes anécdotas que contar... / A: Bueno, ya hemos dicho que la parte más complicada fue la negociación: con los chinos también tuvimos problemas, fundamentalmente de interlocución porque el director del SAFS, aunque parezca increíble, no habla inglés, y negociábamos con él vía e-mail. Así que finalmente tuvimos que acudir a un servicio que tiene la Junta de Andalucía para empresas exportadoras (Extenda), y aunque nosotros no lo somos nos echaron un cable y llegamos a un acuerdo.

E: ¿Qué proyectos tenéis para el futuro? ¿Os habéis planteado trabajar con animación para un público un poco más adulto? / A: Animaula está claramente orientada al sector infantil, así que lo que pretendemos es seguir ofreciendo Animación de calidad para niños/jóvenes: Nos parece un desperdicio que “El viejo y el mar” esté descatalogado; nos parece un desperdicio que no se haya hecho nunca una versión en español de “El hombre que plantaba árboles”, nos parece que el catálogo de cortos infantiles de Ekran debería poder verse aquí… Respecto a la Animación para público adulto, creemos que está mejor cubierta, así que no nos planteamos nada por ahí (y por ahora).

E: Una difícil, ¿qué significa para vosotros el cine de animación? / A: Sí que es difícil. Es el cine hecho por Animadores, lo cual no es obviedad, me explico: en la “industria” de la animación hace que la cadena Director-Planificación-Guionistas-Productor Ejecutivo-LayOuts-KeyAnimators-Inbetweeners el papel del animador ha quedado relegado a una fase más que da continuidad a la cadena (y estamos hablando de las buenas películas, dejando a un lado las series de televisión). Creemos que la Animación tiene un lenguaje propio que es el que, sin necesidad de grandes artificios y de mano del Animador, surja la magia.

E: Por último, ¿qué esperáis conseguir con Animaula? / A: Consolidarnos como marca editorial de referencia en el sector de la Animación orientada a niños y jóvenes. Va a ser un camino complicado en el que pedimos la colaboración de todos para comprar originales (a pesar de que no sean baratos porque los costes de producción han sido altos y la tirada pequeña) porque es la manera de que cosas como “cuentamundos” puedan seguir llegando.

jueves, 10 de diciembre de 2009

EL ULTIMO UNICORNIO

Me entero vía Animeción del lanzamiento de uno de los grandes clásicos ochenteros animados: El último unicornio de Rankin/Bass productions. Estaría bien que alguien se animase a lanzar también El vuelo de los dragones. ¿Algún voluntario...? Excelente película. Por cierto que la carátula (Zonadvd) no podía ser más fea y cursi (con ese toque a lo "Mi pequeño pony"), pero en fin...

lunes, 9 de noviembre de 2009

SITGES 09: PARA NO PERDERSE

Dejo aquí una lista con sus correspondientes enlaces de los títulos aquí reseñados y que se pudieron ver en Sitges 2009. Los que van del 11 al 16 han sido enlazados a Protoones, que cubrió todos los largometrajes del festival:

VISTEME DE NEGRO QUE ME VOY A SITGES

Pues eso. Todo lo bueno tiene un final. Me fui con un gratísimo recuerdo del festival y con la esperanza de volver algún día si el calendario y el bolsillo me lo permiten. Hubo agunos títulos que me quedé sin ver: Evangelion 2.0 (por falta de interés visto el 1.0), Lascars (lo mismo), First squad (lo mismito), Oblivion Island (falta de tiempo), Genius party beyond (por haberla visto ya) y The secret of kells (por ser de pase reservado). Como no sólo de animación vive el hombre, me gustaría destacar, para lo bueno y para lo malo, algunos títulos fuera de esta categoría, a saber, The horseman, que me sorprendió gratamente, al menos al principio; Shadow y 1, floja la primera y plomiza la segunda; Yatterman, del gran Miike Takashi, difícil de clasificar y más aún de aguantar; Goemon, bastante mejor que Casshern; Dogtooth, una "michaelhanekada" en toda regla; Paranormal activity, una agradable sorpresa para los amantes del terror; Splice, un truño; Enter the void, el tipo de película que Isabel Coixet haría si no llevara gafas de pasta y además tuviera una mente tan retorcida y puerca como la de Gaspart Noé, director que, al igual que Lars von Trier, ha dado un giro bastante decepcionante hacia la autocomplacencia, pero mientras éste cuenta ya con una notable cantidad de películas a sus espaldas, el argentino va todavía por la tercera; demasiado pronto para tomarle el pelo a la gente, para ser pitado en un festival por el público y para jugar a ser el Stanley Kubrick de los bajos fondos, me parece que sólo su primer largo, Solo contra todos, resiste un visionado mínimamente exigente, los otros dos se quedan en meros fuegos de artificio; y por último The human centipe, que es de lo más "..." que he visto en mi vida, es como si Shintaro Kago se pasara al cine; una obra de culto instantánea, búsquenla, no tiene desperdicio. La falta de horas de sueño me impidió acudir al maratón Midnight X-treme dedicado a Japón: Samurai Princess, Hard revenge milly y Vampire girl vs Frankenstein girl; otra vez será. Por lo demás, me llevo algunas cosas negativas: el alto precio de las entradas (con o sin descuento), la falta de organización en ocasiones así como de un mayor número de puntos de información; las colas interminables, los retrasos, los asientos reservados en el auditoro Meliá y todo lo relacionado con ellos, la sensación de que a veces había más gente con invitaciones y/o acreditaciones que espectadores de a pie... El palmarés: hubiese preferido a Mary and Max sobre Summer wars, entre otras cosas porque la segunda tendrá una distribución mucho más amplia y gozará de mucho más eco en la prensa que la primera, a la que no le habría venido nada mal un premio así para sacarla un poquito del anonimato, creo que se lo merecía. Como anécdota, los gatos que andurreaban a sus anchas por Retiro y Prado, las otras dos salas de proyección junto al Meliá, y que no extrañaban absolutamemte a nadie; es más, solían acercarse completamemte desinhibidos a ver si pillaban algo, ya fuera un trozo de comida o unas cuantas caricias. Su descaro llegaba hasta el punto de que uno de ellos se echó su buena cabezada en el asiento de una moto aparcada frente a Prado y, en la proyección de Yona Yona Penguin otro se metió en la sala con nosotros y se echó un sueñecito encima de un cajón de madera colacado al lado de la pantalla, y no se movió de allí hasta que terminó la peli. Pues eso, que al que no le gusten los gatos lo lleva claro en Sitges, donde los felinos campan a sus anchas cual vacas sagradas en la India.

SITGES 09: CORTOMETRAJES

Voy a hacer un cálculo aproximado, mermado por el tiempo y por mi propia memoria: sólo el 30% de los cortometrajes de animación proyectados merecían la pena. Es una opinión compartida por más de uno pero, en cualquier caso, es la mía. Los cortos se dividieron en dos pases. Comento brevemente. Del primero destacaron Alma (2009, Rodrigo Blass), un corto de gran calidad ténica que ilustra una anécdota muy bien narrada, Allons-y! Allonzo! (2009, Camille Moulin-Dupré), todo un homenaje a la bandé dessiné y a la nouvelle vague con una estética y una narrativa prestadas del cómic francobelga, Le petit dragon (2009, Bruno Collet), a la postre el ganador (a él pertenece el fotograma que ilustra esta entrada), lleno de golpes de humor y de gran ingenio, el más entretenido y divertido de todos con diferencia, y The lady and the Reaper (2009, Javier Recio Gracia), el corto producido por Kandor Graphics (Goya por El lince perdido), que cuenta con un buen nivel de animación y que resulta bastante divertido, tal vez la anécdota (ingeniosa) se estira un poco más de la cuenta, pero lo compensa de sobra con algunos detalles geniales (ese caniche...). Facteur mineur (2009, Marc Czerwiec y otros) lucía una estética ciertamente atractiva, Sebastian Vodoo (2008, Joaquim Baldwin) era original y Paciencia de la memoria (2009, Vuk Jevremovi), uno de mis favoritos, presentaba un tipo de animación demasiado alejada del resto, por lo que, creo yo, se vio un poco fuera de lugar; aún así uno de mis favoritos. Personalmente, me quedo con The necktie (2009, Jean-Francois Levesque), un corto producido por el NFB y que, a pesar de faltarle un punto de ebullición para ser una gran obra, tenía algunos detalles magníficos: la vacuidad y el absurdo del trabajo alienado quedan reflejados mediante una escena memorable: el protagonista, un gris oficinista, entra en su minúsculo despacho y comienza a planchar un montón de papeles arrugados que, a su vez, alguien acaba de recoger de la papelera de otro trabajador cuyo trabajo consiste en arrugarlos. Por último, una vez planchados, las hojas son llevadas a otro despacho en el que son arrojadas a una trituradora de papel. Hay más como ésta recomiendo encarecidamente el visionado a quien tenga la oportunidad. Vamos a por el segundo: The Spine (2008) fue el regreso de Chris Landreth, que insiste en las formas y en la estética ya vistas en Ryan o en Bingo the clown, original, inspirado, sorprendente y no demasiado fácil de entender; el mejor del lote. The cat piano (2009, Eddie White y Ari Gibson) es una cuidada y estilizada fábula gatuna a medio camino entre el film noir, el musical y el cuento de hadas (la podéis ver aquí). Codswallop (2008, The brother McLeod) me gustó a pesar de no entender nada, Backwards (2009, Aaron Hughes) mereció la pena, así como Ink (2009, Justin Wallace), The tale of Little Puppetboy (¡¡Buf!!).. Photograph of Jesus (2008, Laurie Hill) divertido y curioso "revival" del cine de Zbigniew Rybczynski. Por último, Oedipe (2009, Capucine), una producción franco-nipona a todas luces pergeñada bajo los efectos de alguna droga (potente), todo un decálogo delirante del buen friki, impagable, imperdible, inolvidable, insuperable...

MARY AND MAX

No me cabe la menor duda de que Adam Elliot es el mejor guionista de animación que hay ahí fuera. Me duele y me decepciona a partes iguales que Mary and Max no se alzara con el galardón al mejor largometraje en Sitges a pesar de las muchas virtudes de la ganadora, Summer wars. Estoy absolutamente enamorado de ella, ningún largometraje de animación (y he visto ya unos cuantos) me ha hecho sentir lo que éste, ninguno me ha dado tanto. Hay películas que no mueren cuando la pantalla se oscurece, sino que salen del cine contigo y se quedan a vivir dentro de ti una temporada. No dejan de hablarte ni un minuto, continuamente te hacen ver y reparar en aspectos de la realidad y de tu propia vida de los que antes no eras consciente. Se instala en ti la desconcertante, incómoda, pero a la vez maravillosa certeza de que lo que acabas de ver te ha cambiado la vida y de que no te abandonará nunca. Es una impresión muy personal con la que no espero que nadie sintonice; sólo puedo decir que esto es justo lo que sentí después de ver Mary and Max. Un internauta en imdb definió esta película con una frase mejor de lo que yo podría hacerlo en cien párrafos. Me parece que dio en el clavo cuando escribió que es "una celebración de la diferencia". Lo mejor y lo más sorprendente de todo es que sabía de antemano con qué me iba a encontrar. Habiendo visto los cortometrajes anteriores del director australiano (Uncle, Cousin, Brother y Harvie Krumpet), me esperaba algo parecido sólo que trasladado al formato del largo, y la verdad es que no erré lo más mínimo. Empezaré diciendo que Harvie Krumpet, la obra que le valió el Oscar a Adam Elliot, es uno de mis cortos favoritos. Es rara la lista con los mejores cortometrajes de todos los tiempos en la que su nombre no aparece. Con él, Adam Elliot cerraba y culminaba a la vez una tetralogía inciada con Uncle y continuada con Cousin y Brother. Las virtudes de los tres primeros trabajos crecían y se magnificaban exponencialmente en el cuarto, que significaba la culminación triunfal y perfecta de un modo de entender el cine de animación, de una sensibilidad particularísima y un tanto marginal, muy poco frecuente, y de una escritura inteligente y afilada, y al mismo tiempo tierna, doliente y muy humana. Puedo pensar en algunos cortometrajes muy buenos, pero en ninguno que haya conseguido despertar en mí el mismo tipo de sentimientos que Harvie Krumpet. Pues bien, Mary and Max es a Harvie Krumpet lo que Harvie Krumpet a Uncle, Cousin y Brother. Así de sencillo. No es otra cosa que el paso evolutivo lógico. Cuando una fórmula alcanza la perfección en un formato, hay que saltar a otro, a ser posible, más grande, más complejo y con mayor repercusión. Si uno consigue alejarse un poco del árbol y se sitúa a una distancia suficiente como para ver el bosque, nota sin mucha dificultad que, en realidad, la estructura narrativa de Mary and Max es muy sencilla. Primero, sólo hay dos protagonistas: una niña de ocho años extremadamente sensible que vive en Melbourne y un adulto de cuarenta y cuatro años que lleva una vida solitaria y gris en Nueva York. Los personajes secundarios tienen una presencia bastante etérea y pasan casi inadvertidos y, cuando no lo hacen, terminan siendo barridos de una manera u otra de la escena. Segundo: el desarrollo es lineal, y se articula sobre la correspondencia epistolar que mantienen la niña y el adulto a lo largo de la historia, que nos conduce de un lado del globo a otro, de un personaje a otro, de réplica a contraréplica, como si de una partida de ping pong se tratara. Por si esto fuera poco, al ser una relación por carta, casi todo no ses narrado mediante voz en off (como en todos sus cortos, especialmente Harvie, que cuenta con la maravillosa voz de Geoffrey Rush y que aquí eché de menos), siendo los diálogos más bien escasos. Entonces, ¿dónde está lo bueno? Muy sencillo: la escritura es endiabladamente buena. A muchos niveles: por la caracterización y definición de los protagonistas, que son de largo dos de los personajes con mayor riqueza psicológica que hayan transitado jamás el cine de animación; por su comportamiento ante las situaciones en las que a menudo se ven arrojados y por su forma de reaccionar ante ellas; por cómo se va tejiendo la relación entre Mary y Max; por la cantidad de líneas inolvidables y de gran calado emocional que hay a lo largo de la película; por su infinito ingenio: a la hora de crear imágenes absurdas y cómicas, a la hora de crear a los personajes, de recrear el universo y el pensamiento de una niña y el de un adulto totalmente fuera de lugar, y por la forma de confrontarlos y de complementarlos sin aspavientos ni artificios; por su ingenio a la hora de expresar los sentimientos de los protagonistas, de forma cómica unas veces y desgarradora otras, pero siempre con sencillez y honestidad... Y así podríamos seguir hasta mañana. Después de haber escrito bastantes pamplinas al respecto, puedo afirmar que Mary and Max es verdadero cine de animación para adultos. Del bueno, de aquel que es percibido como sofisticado sin que pretenda serlo en absoluto. Adam Elliot es un guionista como la copa de un pino. Se puede decir más alto pero no más claro. Posee una sensibilidad y un ingenio fuera de lo común. Es capaz de tomar todo aquello que los demás no quieren, lo más sucio, lo más retorcido y desangelado, y construir con todo eso una historia vibrante, profunda e intensa, que pasa de la tristeza sin fondo a la alegría vital con la facilidad y la brillantez que ya sólo conservan los clásicos. Una maravilla como Mary and Max habría sido inconcebible de no existir Adam Elliot. Pocas cosas mejores se pueden decir de un artista.